Toledo = Dispersión, y el por qué no es sostenible

Para comenzar mencionaremos los principales problemas del Casco Histórico:

- La depauperización de amplias zonas de la ciudad.

- La excesiva terciarización Casco Antiguo origina desplazamientos residenciales a otros barrios, vaciando y envejeciendo su estructura poblacional. Además de problemas de tráfico de la población que se ve atraída por dicha terciarización y que no reside en la zona.

- Deterioro ambiental por la acumulación de tráfico, personas y actividades en un reducido espacio.

Todo esto deriva en problemas de conservación de patrimonio en una zona que además (paradógicamente) es muy demandada y de ahí los precios de suelo de los mas elevados de Toledo. 

Para evitar el despoblamiento se llevan promoviendo desde los años 80 políticas de renovación social, revitalización comercial y funcional, restauración y rehabilitación integral de edificios y espacios para defender la identidad del Casco Histórico y evitar el vaciado poblacional y la segregación social.

Así, la diaspora por la excesiva terciarización del Casco provoca miles de vecinos errantes buscando otros lugares para edificar nuevos barrios donde llevar a cabo las actividades que ya no pueden ser desarrolladas en el Casco por el elevado coste que provoca la enorme demanda del sector terciario. 

Estos toledanos nómadas, a base de prueba y error, han ido "descartando" sitios donde ubicar sus núcleos poblacionales por la existencia de múltiples zonas no aptas para la construcción por muy diferentes motivos: yacimientos (Vega Baja), inundabilidad (vegas altas), paisajísticas (cigarrales), visuales (conos del plan 86, anulados en el plan 2007, anulado además por el TSJ). Poco a poco han ido "encontrando" otras lugares repartidos por todo el término municipal (y los adyacentes) en los que poder asentarse. Dispersos unos de otros como si de un queso gruyer se tratara; acertados o no; buenos o malos, quien sabe: los que encontraron, en los que pudieron, los menos malos; ante la no existencia de otros porque los "habían juzgado" no aptos.

Dispersión, es lo que mejor define a la Toledo de hoy. Frente a la ciudad compacta y apretada, de calles laberínticas, herencia del asentamiento islámico medieval, la ciudad, se ha esparcido sin control por todo el territorio, con calles no tan estrechas y ... (bueno, seamos sinceros, tampoco tan rectilineas y bien planificadas), como si de repente se hubiera quitado el cinturón que la ceñía entre el Tajo y la muralla. Todo se ha desparramado como si de una gran necesidad se tratara después de siglos de constricción.

Podríamos casi decir que la ciudad modelo de dispersión geográfica es Toledo. Mientras, el 75% de los expertos, indican que el ideal de ciudad es la compacta y el 15% dice que es la dispersa. Parece que vamos en la dirección contraria.

El territorio/suelo es un bien finito y difícilmente renovable, ahorrarlo y preservarlo para la libertad de movimientos de las generaciones futuras debería ser una prioridad.

Por ejemplo, al construir unifamiliares se necesita mucho mas suelo y energía que al hacer bloques de edificios, como se ve en esta comparativa en la que suponemos que:

  • 8 unifamiliares de Montesión consumen el 100% de suelo, calefacción y coste de obra
  • 8 unifamiliares de La Legua ocuparían el 70%, 89% y 87% respectivamente
  • 8 dúplex de la Avenida de Europa el 38%, 68% y 58%. 
Un ahorro considerable de suelo, precio de obra y energía ¿no crees?. Y es que donde caben 140 viviendas plurifamiliares, caben sólo 10 unifamiliares. Además los ratios de carretera/calle por vivienda se vuelven excesivos. 

¿Pero qué pasa con el agua en las diferentes tipologías de vivienda?

Pues la respuesta está clara. Mientras en una vivienda plurifamiliar de Buenavista o Santa María de Benquerencia se consume una media de 80 litros/persona/día, en un unifamiliar de Vistahermosa o Valparaíso la cantidad se eleva a 450 litros/persona/día. ¡Un 82% de ahorro de agua por persona y día!

Para evitar banalidades entre barrios ricos y pobres, aclarar que se ha demostrado que el nivel de ingresos en los hogares no juega un papel tan importante en el gasto de agua como el tipo de vivienda. Los hogares con altos ingresos viviendo en un edificio colectivo de apartamentos consumen menos agua que familias de ingresos medios residiendo en viviendas unifamiliares.


Una mención a parte merece la materia del transporte. En ciudades compactas se reduce la movilidad y la dependencia del automóvil (ahorro del  72% en energía), a la vez que se fomenta el uso del transporte público (ahorro del 70% de energía por persona) y promueve los desplazamientos a pie o en bicicleta por la mezcla de usos de suelo. Por contra, la baja densidad fomenta el aumento exponencial de las distancias y el uso del automóvil obligando a la desaparición de los recorridos a pie.

No hace falta recordar que en el Toledo actual la mezcla de usos no es razonable porque no todos los barrios tienen la entidad suficiente para tener todos los servicios y los barrios que tienen servicios que complementan las carencias de los otros están muy distantes (no se recomiendan distancias de mas de 5km). De tal modo que hay toledanos que tienen que recorrer varios kilómetros para ir al Hospital, a su puesto de trabajo, a un hipermercado o zona comercial, o simplemente a un cine (Toledo de punta a punta son mas de 10km)


La baja densidad de población por barriada hace que los flujos de transporte público entre ellas no sea todo lo rentable que debiera para mantener altos niveles de accesibilidad y por tanto no se recupera la inversión pública inicial. Dentro de zonas compactas como Buenavista, Palomarejos, Avenida de Europa, Santa Teresa y el Casco Histórico, se pueden mantener frecuencias de calidad pero sus bajos indices poblacionales hacen que el retorno económico sea insuficiente. Si hablamos de barriadas como Azucaica, o Montesión (a varios kilómetros y escasamente pobladas) el transporte público se vuelve caro y altamente deficitario; insostenible a todas luces.

Cuando la dispersión lleva a hacer necesaria la construcción de un metro ligero/tranvía como el que se planteó de El Granadal a Santa María de Benquerencia, hace que la elevada inversión vaya aparejada de un número suficiente de usuarios (Cercanías Madrid estima 30.000 habitantes por estación) para rentabilizar los costes fijos del proyecto. Además, la población debe estar concentrada alrededor de las estaciones, de lo contrario, un recorrido y tiempo excesivos para llegar a ellas a pie desincentivaría la utilización del transporte público.

Las pendientes de Toledo son otro inconveniente a parte de la dispersión geográfica, pues no facilitan el uso de la bicicleta o simplemente los desplazamientos a pie.


Otros problemas de la ciudad dispersa son la contaminación del aire, como resultado de la dependencia del automóvil; la contaminación del agua, en parte causada por el mayor incremento de la superficie impermeable; la pérdida de áreas ambientalmente sensibles; la ruptura de la conexión entre áreas naturales; la reducción del espacio libre; el aumento del riesgo de inundaciones; la disminución generalizada de calidad de vida; el coste público del mantenimiento de limpieza pública (75%); el coste público de mantenimiento de la urbanización (66'7%); consumo anual de energía por persona (ahorro 52%);  energía de calefacción (ahorro en un 32%); energía anual en consumo doméstico por persona (ahorro en 44'8%); Gases de Efecto Invernadero derivados de del transporte (ahorro del 70%).

Además es más barato depurar las aguas residualescanalizar el agua de lluvia y el alumbrado público (en lugares con viviendas concentradas, entre otras razones porque se requieren muchos menos metros de tuberías y canalizaciones que cuando se trata de desarrollos extensivos, hasta un 50% de ahorro).

Sería injusto pasar por alto las ventajas, que también las tienen, las urbanizaciones como Valparaíso, La Legua, Vistahermosa o Montesión.

Se ahorra en un 16% la energía anual en producción de materiales de construcción por m² construido, un ahorro del 3'7% en la energía anual en consumo doméstico por m² construido. Un 6% de ahorro en ruido, un 18'7% en emisiones anuales de Gases de Efecto Invernadero en producción de materiales de construcción por m² construido y un 3'4% en emisiones anuales de Gases de Efecto Invernadero derivadas de usos domésticos por m² construido.

La ciudad compacta no solo logra un uso más eficiente del suelo sino que, además, disminuye la presión sobre los espacios naturales, lo que contribuye a preservar los espacios abiertos.

De tal manera que debe fomentarse aquella ciudad compacta que, además de generar beneficios ambientales, sea capaz de proporcionar una elevada calidad de vida a sus habitantes, como un excelente transporte público y una adecuada proporción de espacios verdes. En cualquier caso, los beneficios ambientales de la ciudad compacta son tan notables que no pueden ignorarse. Es necesario un uso lo más racional y equilibrado posible del territorio.

Así que la próxima vez que pienses en cambiar de casa, piensa dos veces lo de irte a La Legua, Valparaíso, Bargas, Cobisa, Argés, Olías, Nambroca o Burguillos. No sólo se puede vivir bien con los niños en el extrarradio, también hay amplias zonas verdes en el núcleo urbano,  duplex de dos plantas (como los adosados, e incluso con mas m²), pisos amplios y luminosos, con tiendas donde puedes ir a comprar el pan andando, o incluso a tirar la basura sin coche, que te ayudarán en tu economía diaria y contaminarás menos.

Contempla también la vuelta al Casco Histórico, barrio en despoblación donde hay también casas unifamiliares bien bonitas, dispuestas a salir del olvido, que te permitirán respetar el entorno y preservar el patrimonio.




.

Comentarios

  1. Buenas tardes, estamos haciendo un analisis del POM Toledo en clase y me gustaria saber donde sacaron los datos para este articulo, especialmente la comparacion de unifamiliares en los tres barrios.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario