La ciudad de Toledo es arboricida por excelencia. Todas las corporaciones municipales de todos los colores acostumbran a realizar podas agresivas, talas sin sentido como esta que hoy nos ocupa.
En pleno siglo XXI, cuando mas concienciación ambiental tenemos, cuando lo que mas se hace es repoblar, con nocturnidad y alevosía se talaron de unos 500 pinos de considerable tamaño a la altura de los concesionarios en Olías del Rey situados en la mediana de la autovía, en medio de una enorme recta.
¿Cuáles podrían ser los motivos?
Se podría apelar a la seguridad, quizás las hojas en forma de aguja al caer secas sobre el asfalto, podrían llegar a patinar. O no, porque el aire de los coches, despejaba la calzada. También evitaban los destellos de los vehículos de la calzada contigua, los rayos del sol en las horas en las que se encuentra bajo. Amortiguaban la contaminación acústica para residentes y trabajadores en la zona, beneficiaban al paisaje y sombreaban la vía.
No hay constancia de que hubieran provocado ningún accidente, ni de que los árboles estuvieran enfermos.
Damos gracias que aun perdura el tilo que se sitúa en mitad de la autovía cerca del centro Puerta de Toledo y que ya provocó la ligera modificación del trazado del desdoblamiento de la autovía para salvarle la vida. Larga vida a este Tilo.
Se les podría haber ocurrido otra solución para evitar su tala, daban una agradable sensación al entrar en Toledo.
Si buscamos culpable, este sería el Jefe de la Demarcación de Carreteras del Estado en Castilla La Mancha, pero seguramente fuera uno de los "técnicos" que cuentan sandeces para justificar lo injustificable.
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